El Concepto de Estrés Postraumático: nuevas perspectivas

Los rostros no contemplados del Síndrome de Estrés Postraumático.   Estrés Postraumático: nuevas perspectivas   Los autores de este trabajo…

Los de trastornos post-traumáticos suelen ser efecto de eventos como: catástrofes, abuso sexual, maltratos Los rostros no contemplados del Síndrome de Estrés Postraumático.

 

Estrés Postraumático: nuevas perspectivas

 

Los autores de este trabajo exponen algunas claves que pueden ser útiles para detectar el trastorno en contextos no tan evidentes.
Dr. A. Waddington, J.-F. Ampelas, F. Mauriac, M. Bronchard, L. Zeltner.

TEPT Estres Postraumatico tratamiento

A partir de su inclusión en la tercera edición del DSM (1980), el concepto del trastorno de estres postraumático (TEPT) ha estado en constante evolución. Según estimaciones confiables, sólo en los EUA tres cuartas partes de la población ha estado expuesta a acontecimientos que reúnen los criterios para el TEPT, aunque sólo una cuarta parte de esas personas desarrolla el trastorno. Es probable que alrededor del 20% de las víctimas sufran secuelas crónicas. Asimismo, la mitad de éstos últimos prolongarían sus padecimientos durante años sin ser tratados.

Los autores de este trabajo hacen notar que, a la vez, la frecuencia de acontecimientos traumáticos en la historia de los pacientes psiquiátricos es significativa. Se detienen en el examen del criterio A requerido para el diagnóstico de TEPT, que se desglosa en dos partes: A1: un estrés extremo, que amenace la vida; y A2, la reacción del sujeto afectado (miedo intenso, sensación de impotencia o de horror).

El equipo que suscribe este trabajo sugiere ampliar la noción de acontecimiento traumático a otras experiencias además de las que se mencionan habitualmente (catástrofes, agresión violenta), y proponen realizar una reflexión desde la actividad clínica: una lectura del padecer desde la noción de trauma (aunque el diagnóstico no sea estrictamente TEPT) podría constituir una herramienta preciosa para aproximarse de modo más estrecho a las necesidades de algunos pacientes, y afianzar el vínculo terapéutico.

Acerca de los acontecimientos traumáticos (Criterio A1)

La definición de este criterio arrastra la herencia de sus orígenes, enraizados en las experiencias de guerra.
El concepto de trastornos post-traumáticos viene de la época de la Primera Guerra Mundial.
Luego se fue ampliando a otros eventos: catástrofes, abuso sexual, maltratos. Así, indujo a la idea de que debe tratarse de acontecimientos «excepcionales», únicos.
En este punto los autores disienten y se proponen mostrar que muchos acontecimientos vitales, que no serían descriptos como «sobrepasando la experiencia humana habitual» pueden situarse en el origen del desarrollo de un TEPT. Entre éstos destacan:

Acontecimientos médicos: las reacciones del paciente a la enfermedad o a los procedimientos médicos para tratarla pueden llevar a un trastorno emocional asociado a una discapacidad importante. Entre éstos destacan:

El infarto:
Consideran que puede considerarse traumático en la medida en que pone en riesgo la vida del paciente (muerte o invalidez), es súbito y la víctima no tiene la posibilidad de prevenirlo o impedirlo una vez que sobreviene.
Es potencialmente recursivo y durante la internación en unidad coronaria el paciente está expuesto a presenciar la muerte de otros internados.
Entre el 40 y el 80% de los pacientes sufren síntomas emocionales en el período inmediato posterior al infarto: síntomas depresivos, ansiedad elevada, problemas de memoria o concentración, negación, rumiaciones en torno al problema cardíaco, insomnio y/o pesadillas, regresión a comportamientos pasivos y dependientes.
Parte de estas reacciones se consideran normales (esperables y transitorias) pero son graves en un 20 al 30% de los casos, y al cabo de 2 ó 3 meses cerca de un 20% de los casos no mostrará mejoría sintomática alguna.
En general hay consenso en que es escasa la correlación entre las reacciones descritas y la gravedad del ataque cardíaco.
Un estudio de Kutz y col (1994) estimó que el 20% de los pacientes que sufren un ataque cardíaco no se recuperan de sus síntomas psicológicos y continuarán padeciendo perturbaciones emocionales y comportamentales graves, a veces discapacitantes.

Cáncer:
Esta enfermedad somete al paciente a un estrés importante en la medida en que incluye una serie de acontecimientos potencialmente traumáticos, tales como amenaza a la vida y la integridad física.
La mayoría se adapta psicológicamente a la enfermedad, pero otros pacientes presentan dificultades importantes.
La recurrencia constituye a veces un acontecimiento más traumático que el primer episodio de la enfermedad, tal vez porque ponga en peligro su reserva de esperanza.
Asimismo, los procedimientos médicos para el tratamiento (cirugía, trasplantes de médula ósea, quimioterapia, etc.) son muchas veces traumáticos en sí mismos.

Parto:
Un parto  en situaciones complicadas puede estar en el origen de un TEPT, con consecuencias graves en la relación madre-hijo. Asimismo, en las pseudociesis, el 1% de las mujeres presentará un TEPT, y el 10% presentará un estado de estrés agudo en el mes posterior al incidente, como reacción de duelo.

Internación y reanimación:
También la internación en un servicio de reanimación podría constituir un factor de aparición de TEPT, según los autores de este estudio.
El ruido, la ausencia de un ritmo cotidiano, la vista de aparatos potencialmente inquietantes y el estar codo a codo con el sufrimiento y muerte, son factores que exponen a un TEPT, que ha sido hallado hasta en cerca del 30% de los pacientes atendidos por un equipo alemán en un servicio de reanimación polivalente (Stoll C. y col, 1999).

 

Fuente: IntraMed – 6/30/03